«La doble vara». Nueva argumentación (Competencias Nivel III).

España y la doble vara de medir

España es un país de hipócritas. ¿Qué es ser hipócrita? Es la diferencia entre lo que decimos y lo que hacemos. Nos encanta decir cómo se debe y qué hay que hacer, para acabar criticando todo.

El tema de los refugiados y cómo Europa se hace “la sueca”; los políticos pidiendo austeridad y luego sufrimos los innumerables casos de corrupción; la cantidad de dinero que mueve la prostitución, con prostíbulos fácilmente identificables, cuando no está legalizada en nuestro país; nos manifestamos contra la guerra pero fabricamos armas que después vendemos a países en conflicto armado; o cómo somos el segundo consumidor europeo de smartphones y, a la vez, somos de los países con mayor abandono escolar.
Todo esto es un claro ejemplo del mundo hipócrita en el que vivimos. El caso de Daniela es tan solo uno más.
No nos gusta ser hipócritas, lo consideramos un insulto que a todo el mundo ofende, pero, seamos sinceros, es mucho más fácil ver la paja en el ojo ajeno que en el propio. Pretendemos ser modernos, abiertos de mente y progresistas, pero a la vez nos escandalizamos con un estriptís en una cárcel.

Todos los fines de semana se pueden ver por el centro de la ciudad despedidas de solteras donde todo se sale de control y el alcohol, los juguetes sexuales o incluso espectáculos de “stripers” campan por doquier. ¿Y esto no escandaliza a nadie? Más de una participante en las manifestaciones del 8 de mayo he visto por la calle Alfonso con tutú blanco y diadema de penes en la cabeza mientras les persigue una charanga tocando “Paquito el Chocolatero”.
Hay que acabar con esta doble moral, con esta hipocresía que nos está
devorando lentamente, haciéndonos insensibles al sufrimiento y dolor ajeno. Para ello, tenemos que empezar por ser honestos con nosotros mismos. Ser conscientes de cómo somos, aceptarnos y, a partir de ahí, intentar mejorar cada día siendo mejores personas. Derrotar al Judas (el mayor hipócrita de la historia) que llevamos en el interior, es el gran reto de nuestra vida. Aquel que lo consiga posiblemente alcance “el Nirvana”, el resto, lo seguiremos intentando.
Como diría un antitaurino: ¡Ánimo y al toro, maestro!

Yolanda Lagunas. ¡Gracias de nuevo!

Nivel III Competencias Clave

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