«Cabo de vara». Reseña de lectura.

CABO DE VARA

Autor: Tomás Salvador

Francisco Mora, alias «El Cristo», de veinte años, natural de Gibrabón, condenado en el presidio de Ceuta a doce años y un día por matar a un hombre en riña. Así se presenta el personaje de esta historia.

«El Cristo» ingresa en la prisión de Ceuta y el ayudante Molina siente compasión por él. Lo ve todavía un crío con la vida por delante y decide ayudarlo. No sabe cómo pero le previene de que no se meta con nadie, que con buena conducta le podrían quitar cinco años y si se mete en talleres dos más.

Pero no será esa su suerte. Un día un presidiario le pide las botas de cuero que llevaba y él, en vez de dárselas, le rompe la nariz con ellas. Con eso se gana tres días más en aislamiento, el mote de «Botacristo» y una buena reputación en la cárcel.

Así pasa bastante tiempo, sin dormir por las noches, llorándole al silencio. Conoce gente y se hace amigo de uno de los jefes de la brigada que -como bienvenida- se había llevado un corte de navaja en la cara.

Un día se hizo Cabo de vara y, al ver a su amigo humillado y vejado en las letrinas, juró vengarse e investigar el caso. Se enteró de que había sido otro mandón de una brigada y en uno de los recreos se lke acercó y le dijo: «Te espero en las letrinas».

Cuando llegaron allí, el «Botacristo» lo mató. Nadie dijo nada pero todo el mundo sabía que había sido él. Los guardias también lo sabían pero como nadie había visto nada no podían culparle.

El ayudante Molina comprobó tristemente que había abandonado a ese chaval, que el tiempo en el presidio no era el mismo que fuera. Vio que al Botacristo le habían caído veinte años encima y sólo habían pasado cinco. Entendió que los presos al fin y al cabo son humanos, e incluso más sabios que nosotros, porque saben que cuando vuela un pájaro, se avecina el frío o la lluvia, que la manteca es blanda y que en la vida puedes ser manteca o cuchillo. Pero de lo que se alegró es de que por fin un hombre sabio y honrado gobernaría durante muchos año aquella cárcel.

Rafael y la generosa colaboración de su compañera Inmaculada.

Módulo II (mañana).

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